LLegamos a V. Gral. Belgrano Cba. a eso de las 17:30 Hs. Aprox. Personalmente agoviado por el cansancio y el sol en el camino que nos había asado, mi moto se detenia constantemente y temía por el encedido electrónico que cada vez hacía ruidos de engrane y la sentía como sin potencia. Por momentos sospechaba de la carburación y en otros del embrague o el calor desmedido.. Ya no sabia que pensar...
Seguí a duras penas a Diego hasta la oficina de Informe Turístico, el tránsito era descomunal, día viernes y todos paseando por el centro a paso de hombre en vehículos. No había lugar para el error y comenzaba a perder lucidez. Paramos, pedimos el plano del pueblo, consultamos por alojamientos y nos decidimos por el que ya conocíamos por internet; Hostel El Rincón; que aunque no estaba lejos de alli; me parecía nunca llegar. Ya sin fuerzas y sin otra opción salí de donde estaba estacionado haciendo un giro en U frenándole a mm a una camioneta estacionada en la vereda de enfrente, me incorporé rápidamente y continuamos hacia el hostel. Fue entonces que a unos 700 Mts. del mismo doblo erróneamente en una esquina a la izquierda en un camino de tierra con pendiente y empedrado; donde se teme realmente en la caída; donde al llegar a bajo (50 Mts.) Diego me avisa que es hacia la derecha, ya exáusto realizo otro giro en U para trepar la ladera y fué entonces que comienza a cabalgar como cuando uno recién comienza a andar que suelta el embrague muy pronto y se detiene la marcha. Así me ocurre en 3 oportunidades hasta que definitivamente no tomó más ninguna marcha..
Tranquilo porque estábamos cerca y a la vez preocupado por la moto, opté por dejarla un momento enfriar y me senté bajo un árbol en un lugar donde habia unas pocas casitas bajas.
Los vecinos preocupados por ver tal despliegue motoquero y por la seguridad habian, a mi criterio, llamado a la policía porque en pocos minutos se me cercó un CAP consultandome su chofer si todo estaba bien a lo que comenté que habia sufrido un desperfecto técnico en la moto y que estaba esperando ver como continuaba. Sin ofrecer nada continuó su marcha.
Hice varios intentos a la voz de "Esta te pido nomás" y "No me podés abandonar a esta altura".. pero sin éxito, asi que por temor a romper el encendido desistí.
El atardecer parecía caer rápidamente en ese lugar rodeado de follage tupido, lo que nos preocupaba. No quedaba otra alternativa que empujar, cosa que el sólo hecho pensarlo hacia que me agotara sobremanera; pero estar en un lugar boscoso realmente hace que saques energía de donde sea para llegar a un alojamiento y así nos organizamos de manera que Diego hiciese unos metros en su moto para no perderla de vista y volviera por mí a empujar para subir, luego en descenso me subia a la moto y bajaba con mucho cuidado de no caer. A duras penas y agotados, de esa manera; llegamos al hostel donde en lugar de campamento elegimos la opción de habitación comparida y duchas la cuál deseabamos desesperadamente.
Demasiadas estresantes emosiones para un primer viaje.
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