Rodando en las Rutas

Bienvenidos!! Aquí encontrarás publicadas las vivencias del andar en ruta recorriendo lugares de nuestra nación en dos ruedas... Y asi cumplir un sueño. También curiosidades en fotos, videos, música, y numerosas páginas relacionadas con el mundo de los viajeros en motos.
Espero que lo disfrutes y estas experiencias te sean de gran utilidad.
Esteban J. Cueco.


lunes, 28 de febrero de 2011

Cap. IX - Aventurarse a Buscar la Moto al Serv. Técnico.

Temprano por la mañana del 09/02/2011 exactamente a las 07:20 Hs. a.m. y habiendo estado despierto un rato antes, de inmediato me levanté y así en ayunas con casco y cadena en sima me dirigí hacia la terminal de ómnibus. A medio camino hay una plaza en la que estaba un hombre mayor haciendo tareas de limpieza que me ve caminar acercándome con casco en mano pero de a pie y entonces dijo "Falta la moto!" a lo que respondí - "Eso voy a buscar al taller... me abandonó y está en reparación" y nos saludamos.
Luego de unos veinte minutos llega lo que era en ese momento el 2º micro de la mañana y el que debía tomar. Todo muy tranquilo y silencioso.. Daban ganas de quedarse al fresco y disfrutar el silencio.. 
Siempre por las dudas consulto a los choferes de los destinos para estar seguro y era el vehículo indicado. Dijo que lo esperara que en unos minutos saldríamos. Hasta ese momento no había nadie más y cuando subo todo parecía indicar que sería el único pasajero con destino a la capital cordobesa por lo que ambos nos sorprendimos; pero segundos después llegaron un par de personas más y en ruta levantaría otros pocos laborantes y gente que viaja por trámites.
Después de una hora de viaje coincidió con el horario en que habitualmente desayuno y mis víceras lo advertían con la presición de un reloj. Comencé a sentir un vacío enorme mientras que los ascensos, descensos y giros del camino hacían descomponerme e intentaba concentrarme. Una vez transcurrido un buen tiempo ya no lo sufría tanto y para la hora había llegado a Córdoba Capital. Ya en la terminal, la atravieso por su interior para salir hacia la calle un tanto perdido y luego de bajar unas escaleras anchas veo una oficina de Informe Turístico en su interior a la que me acerqué rápidamente ya que en su ventanilla no había nadie del público. Allí pedí el plano de la ciudad y di la dirección a la que necesitaba llegar. La empleada me indica el camino y; todas las esperanzas de recorrer el trayecto a pie se desvanecieron en ese instante; lo que creía eran unas cuantas cuadras resultaron ser un par de Km. 
El servicio técnico se encuentra sumamente apartado de allí, en una enorme ciudad totalmente desconocida para mi lo que probablemente me llevara días encontrar el camino aún así contando con el plano. 
Termino de salir a la calle con la idea fija de tomar un taxi que hasta el momento quería evitar. Me dirijo a la vereda donde veo una fila de ellos y me acerco a tres hombres allí conversando y les consulto: -"¿Para tomar un taxi? a lo que responden - "Noo pibe, no vas a conseguir, están todos de paro en una medida de fuerza...". Mi estómago se revolvió un poco más a la vez que intentaba calmarme para pensar con lucidez que era lo que haría y continuó diciendo uno de ellos: -"Hacé una cosa. Cruza otra vez la terminal hacia donde paran los micros y salí a la calle de atrás, ahí todavía hay alguno trabajando. A la derecha hay una escalera para salir". Agradecí y continué un tanto shokeado, bajo las escaleras y ya en la vereda puedo ver que salían unos taxis con pasajeros. Sin que transcurrieran ni dos minutos logro ver que se acerca uno libre al que de inmediato paro para subir. Me había vuelto el alma al cuerpo.
Luego de varios minutos de viaje el conductor me deja en destino y me indica donde es la dirección ya que estaba cruzando la Av. Caraffa. Fue entonces que vi el logo de la marca dejándome sumamente aliviado esa imagen. 
El local del servicio técnico es inmenso, todo vidriera, hay motos de todos los modelos, monitores emitiendo videos institucionales, productos, accesorios, etc. 
Voy hasta un mostrador circular que se encuentra en medio y le explico a un muchacho, como de mi edad, el motivo de la visita y fue a avisar a Ángel; el mecánico, que yo había llegado. Esperé unos minutos, me lo presenta, y juntos vamos hasta la caja para buscar la Orden de Servicio y abonar la reparación; charlamos del tema y me invita pasar al taller para entregarme la moto y mostrarme los repuestos que cambió contándome porqué se habían fundido los discos de embrague, el aceite que le había puesto y la reparación o mejoras en el encendido. 
El taller realmente es un lujo, todo ordenado y limpio. Trabajan con suma comodidad y tienen todo.
"Ahora viene lo más lindo que es lograr salir a la ruta" -comenté- y él amablemente me indicó la manera a la vez que decía -"No te olvides el casco y la luz baja encendida" - parecía mi viejo - Agradecido lo saludé y dijo: - "Que la disfrutes!!. Preparate así te abro el portón y salís porque es automático y cierra en unos minutos". Ahí  bajé la vereda para regresar. Salí tan nervioso por desconocer el lugar que olvidé doblar donde me había dicho y lo hice unas cuadras más adelante. Luego de andar un par de minutos veo una estación de servicio en la que paré a desayunar, tranquilizarme y cargar combustible.
Continué preguntando a las personas cada cierto tiempo como hacer para tomar la ruta provincial Nº 5 y ya más tranquilo y con los tanques llenos; tanto el mío como el de la moto; fui acertadamente atravesando la ciudad y el caos vehicular infernal que allí hay, logrando reencontrarme con la ruta. 
Tendría unas dos horas de viaje. A mitad de camino me detuve para estirar las piernas unos minutos y me senté a la sombra de un cerco de árboles cerca del medio día. 
Cuando la ruta comenzó a hacerse cada vez más sinuosa tuve que bajar considerablemente la velocidad respetando las máximas que en esa zona no superan los 40 Km/h. en algunos tramos y 60 Km/h. en otros. Después de un tiempo noto que se forma poco a poco una fila de autos que marchan no más de 20 Km/h. y empecé a mantener distancia, que luego se iría estrechando cada vez más al punto de tener que detenerme y circular a paso de hombre. Intento saber que ocurría y veo como a 1.5 Km. de distancia una camioneta cargada con tablas de madera hasta una altura enorme y que apenas avanzaba en las cuestas y a la que apenas se acercaban los demás. Así en primera marcha hice unos cuantos Mts. hasta que la camioneta en algún punto desvió su recorrido y poco a poco el tránsito se normalizó. Ese retraso hizo que llegara al hostal después de las 13:00 Hs. p.m. 
Cuando llego el tano estaba preparando un risoto -no se si se escribe asi- al vino tinto, receta de sus pagos y me invitan a almorzar. Después de comer advierto que la suerte estaba de mi lado. Había safado de la lluvia que lenta había comenzado a caer para continuar casi toda la tarde y no me había tocado mojarme en la ruta.



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